
Uno de mis muy admirados y envidiados gallinazos me permite intervenir en esta conversacion con su pariente el gallo, en la veleta de la iglesia de Belén, en Popayán.
(Ojo a la bromeliacea que crece junto a la N y que vive del aire)


Dicho lo que había que decir, sale a volar
¡Sí: qué envidia!