Para cuando monté por primera vez en avión -por supuesto en un inolvidable DC3- ya me habían leído el cuento de "Juanito y los fríjoles mágicos" y ya vivía muy apenado por la forma tan abusiva como este personaje le había robado la Gallina de los Huevos de Oro al Gigante Bueno del castillo en las nubes. Creo que no he hecho un solo vuelo en el que no haya estado pendiente de ver al Gigante para desagraviarlo. Me lo he encontrado algunas veces, una de ellas en un vuelo entre Cali y Bogotá.
Hoy apareció en el atardecer, sentado frente a una mesa de nubes
El calor del fogón. Justamente debajo de ese resplandor está el volcán Nevado del Tolima
La esposa menudita del Gigante aplaudiendo el atardecer
Otros gigantes atendieron la invitación
La Gallina de los Huevos de Oro, sentada sobre su nido, plena de solemnidad. ¡Qué bueno que el Gigante la recuperó! A lo mejor estos atardeceres dorados son una tortilla preparada por el Gigante y su esposa para la ocasión.
El Levitador
Otra nube elefante... o rinoceronte... o los dos
Los aviones, invitados infaltables a mis blogs
No hay comentarios.:
Publicar un comentario