Un aprendiz de poeta en Nueva York
sábado, julio 29, 2006
lunes, julio 10, 2006
NOCTURNO

La noche es
una gelatina negra de sonidos
Es una densidad que vibra
La noche es un frío
que se oye
con la lengua
Da lo mismo abrir los ojos
que dejarlos cerrados
Da lo mismo estar despierto
que dormido
Los sueños se atropellan
como aves en celo
La noche son respiraciones
atrapadas
en la habitación vacía
(aunque yo estoy adentro)
Pero en esa
-mi noche-
hay otras presencias que respiran
La noche son dos disparos
Y es un carro que frena
Y una nevera lejana
q u e
j a d e a
La noche es un zumbido de estática
que embota mis sentidos
(¿Será la radiación de fondo?
¿Los dolores de parto del Universo?)
La noche son maderas
que se desperezan
Es alguien que timbra
en una casa vacía
La noche es un corazón
que late
debajo de mi cama
(y que yo finjo no oír...
pero mi brazo no se atreve a salir de las cobijas)
La noche es una puerta
que se abre
y que se cierra
Es una fiesta que termina
La noche
es un océano
viscoso
cuyo nivel asciende
hasta cubrirme
La noche son peces abisales
y algas carnívoras
Son ojos que me llaman
y voces sordas que me miran
La noche es un cuchillo
que recorre mi habitación
sin una mano que lo guíe
La noche es una luz súbita
que me desgarra las retinas
La noche es un ensayo general para la muerte
¿De quién son esos pasos que se alejan?
¿De quién es ese corazón que late?
¿Quiénes son los invitados a ese baile de máscaras?
¿Quiénes son esas mujeres
sin rostro
que se ríen?
La noche es una cicatriz de luz
sobre la alfombra
Es una mano que intenta
abrir la cerradura de mi puerta
Es un “¿Quién es?”
que se queda sin respuesta
Yo soy un sedimento
que desciende
l
e
n
t
a
m
e
n
t
e
por las aguas nocturnas
Nunca toco fondo
Yo soy la noche
Yo soy el viento frío
La ventana abierta
¿Por qué de pronto
aparece abierta
la ventana?
(Si yo mismo la aseguré
con pasadores
y armellas)
¿Por qué de pronto
la oscuridad se llena
de luciérnagas?
La noche es
un océano de fiebre
en que buceo
Es un laberinto que recorro a tientas
como un ciego
Ya no quedan
más amaneceres
en espera
Esta vez la noche
ya no es
un ensayo final
Esta vez la noche es Todo:
Es la única función
Es el Estreno.
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Como un barco de roble
Como una carabela
Como una galera
En la memoria de vigas y teleras
Hay viento entre las ramas
Y hay sol
Y hay aguaceros
Las cuadernas de mi casa crujen
Y forcejean
Como un rompehielos de madera
* * *
¿Quién habita mi casa
cuando no hay nadie en ella?
La habitan ruidos y sombras
Y reflejos que danzan
Con el viento de afuera
Hay pasos en el techo
Un tropel
Una estampida
(O una carga cerrada
de caballería)
“Ratones”, dice mi mujer,
que tiene los pies sobre la tierra
¡Pero quién sale a mirar!
Quién osa averiguar
quiénes son esos hombres
que maldicen
De quién son esos sables
que se cruzan
Quiénes son esos heridos
que se arrastran y gimen
“Murciélagos”, dice mi mujer
Al fin me animo:
La puerta se abre
con dificultad
con un chirrido
La única que anda sobre el techo
es la luna
Pero los pasos siguen
Y los gritos
Apunto con la linterna
hacia las tejas:
En el resplandor plateado
se pierde la luz de la linterna
¡Si se pierden las estrellas
cómo no se va a perder una linterna!
Los perros olfatean
sin ladrar
y con el pelo erizo
Ellos también oyen los pasos
y sienten las presencias
Algo cruza volando
la luz de la linterna:
Puede ser un murciélago
o una mariposa café
o una lechuza
Ese algo posa sus alas
sobre mi cabeza
Una mano toca mi hombro
y una voz roza mi oído
Los perros se trenzan
en un nudo que tiembla
Yo quiero regresar a la casa
pero las piernas se niegan
Intento gritar algo
Y no encuentro la lengua
El corazón se me sale
por la boca
-textualmente:
no de manera metafórica-
Tengo que usar ambas manos
para evitar que huya despavorido
como un sapo
Los gritos y la sombras
se multiplican en el techo
Un tropel
Una estampida
(O una carga cerrada
de caballería)
“Ratones”, dice mi mujer,
que tiene los pies sobre la tierra
¡Pero quién sale a mirar!
Quién osa averiguar
quiénes son esos hombres
que maldicen
De quién son esos sables
que se cruzan
Quiénes son esos heridos
que se arrastran y gimen
“Murciélagos”, dice mi mujer
Al fin me animo:
La puerta se abre
con dificultad
con un chirrido
La única que anda sobre el techo
es la luna
Pero los pasos siguen
Y los gritos
Apunto con la linterna
hacia las tejas:
En el resplandor plateado
se pierde la luz de la linterna
¡Si se pierden las estrellas
cómo no se va a perder una linterna!
Los perros olfatean
sin ladrar
y con el pelo erizo
Ellos también oyen los pasos
y sienten las presencias
Algo cruza volando
la luz de la linterna:
Puede ser un murciélago
o una mariposa café
o una lechuza
Ese algo posa sus alas
sobre mi cabeza
Una mano toca mi hombro
y una voz roza mi oído
Los perros se trenzan
en un nudo que tiembla
Yo quiero regresar a la casa
pero las piernas se niegan
Intento gritar algo
Y no encuentro la lengua
El corazón se me sale
por la boca
-textualmente:
no de manera metafórica-
Tengo que usar ambas manos
para evitar que huya despavorido
como un sapo
Los gritos y la sombras
se multiplican en el techo
Hasta que una nube densa
de alquitrán
ahoga el resplandor
borra las sombras
Horas después
cuando amanece
la única huella que persiste
es el temblor de los perros
cuando los miro a los ojos
SIMULACRO DE PARTICIÓN
Quédate tú con todo
que yo sólo me reservo para mí
lo de sobrevivir:
Mis herramientas de trabajo:
Libros
Computadores
Escritorio
Sillas
Teléfonos y fax
Ah: y el VHS y el televisor
Y el carro
(sin el cual
-- en esta ciudad --
es imposible
sobrevivir)
Y el piano
de tu mamá
que me quiso tanto
y que hubiera estado
tan en desacuerdo
con esta ruptura
Y los muebles de la sala
y los del comedor
y los de nuestra habitación
Y los niños
y el perro
y las matas
Y por supuesto... Tú
PREGUNTAS DE CAJÓN
PARA VIAJEROS FRECUENTES
PARA VIAJEROS FRECUENTES
¿En qué cama
de hotel
iré a quedarme
muerto?
¿Cuántas veces
la puerta
tocará la camarera?
¿Cuántas llamadas
de la recepción
antes de forzar
el p i c a p o r t e?
¿En qué posición
encontrarán
mi cuerpo?
¿Seré un muerto apacible
o en mi cara habrá
una mueca?
¿Un gesto de dolor?
¿Una sonrisa?
¿Se atreverá
alguien
-conmigo ahí-
a examinar
mi agenda?
¿A esculcar mis bolsillos?
¿A saquear mi maleta?
¿Esperarán a que sea
media noche
para sacar el cadáver
sin asustar
a los huéspedes?
¿Revelará la autopsia
lo que estaba soñando
cuando me encontré
a la muerte?
¿Quién cancelará
mi cuenta?
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