lunes, julio 10, 2006

PASOS EN EL TECHO


Hay pasos en el techo

Un tropel

Una estampida

(O una carga cerrada
de caballería)

“Ratones”, dice mi mujer,
que tiene los pies sobre la tierra

¡Pero quién sale a mirar!

Quién osa averiguar
quiénes son esos hombres
que maldicen

De quién son esos sables
que se cruzan

Quiénes son esos heridos
que se arrastran y gimen

“Murciélagos”, dice mi mujer

Al fin me animo:

La puerta se abre
con dificultad
con un chirrido

La única que anda sobre el techo
es la luna

Pero los pasos siguen

Y los gritos

Apunto con la linterna
hacia las tejas:

En el resplandor plateado
se pierde la luz de la linterna

¡Si se pierden las estrellas
cómo no se va a perder una linterna!

Los perros olfatean
sin ladrar
y con el pelo erizo

Ellos también oyen los pasos
y sienten las presencias

Algo cruza volando
la luz de la linterna:

Puede ser un murciélago
o una mariposa café
o una lechuza

Ese algo posa sus alas
sobre mi cabeza

Una mano toca mi hombro
y una voz roza mi oído

Los perros se trenzan
en un nudo que tiembla

Yo quiero regresar a la casa
pero las piernas se niegan

Intento gritar algo
Y no encuentro la lengua

El corazón se me sale
por la boca
-textualmente:
no de manera metafórica-
Tengo que usar ambas manos
para evitar que huya despavorido
como un sapo

Los gritos y la sombras
se multiplican en el techo

Hasta que una nube densa
de alquitrán
ahoga el resplandor
borra las sombras

Horas después

cuando amanece

la única huella que persiste

es el temblor de los perros
cuando los miro a los ojos

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tremendo! Tiemblo!